Patrona del Chaco Paraguayo
María Auxiliadora, “Patrona del Chaco Paraguayo y protectora del Ejército Nacional” durante la Guerra del Chaco, que se libró desde 1932 a 1935.
Guerra del Chaco
En esta guerra en que el Paraguay se vio obligado a defender el suelo patrio, todos los soldados que partían al frente querían llevar la medalla de María Auxiliadora y recibir su bendición.
Por Decreto Episcopal, Monseñor Emilio Sosa Gaona nombró a María Auxiliadora Patrona del Chaco Paraguayo, Protectora del Ejército y Centinela de nuestra soberanía. Fueron entregadas 74.000 medallas de María Auxiliadora a los defensores del chaco paraguayo.
Milagro de María Auxiliadora en el Chaco
Estando nuestros soldados por morir de sed, cansados y agotados por la dura marcha, una hermosa y resplandeciente Señora se apareció a uno de sus hijos que la invocaba: “Che memby, pepe oi y” (“Hijo mío, allí hay agua”), señalándole con el índice el lugar. El agonizante soldadito, abriéndose paso entre la maraña, encontró la aguada. A sus gritos acudió toda la tropa, saciando su fe. Era el 24 de mayo de 1934, y la aguada se llamó “María Auxiliadora”.
Las Hijas de María Auxiliadora durante la guerra
Las Hijas de María Auxiliadora habilitaron seis grandes salones de la planta baja del Colegio María Auxiliadora para el Hospital de Sangre, por solicitud del Gobierno Nacional y del Arzobispo. Allí nuestros soldados, bajo el manto de María Auxiliadora recuperaban la salud física y espiritual.
La labor de los salesianos en el actual “Estadio Defensores del Chaco”
Escribe el P. Rafael Elizehce sdb el 15 de mayo de 1944 “cuando a raíz de la acción de Pitiantuta, en julio de 1932, se inició la Guerra del Chaco, fue habilitado el actual gran campo de deportes, el Stadium de la Liga Paraguaya de Football (actualmente el Estadio Defensores del Chaco), como lugar de concentración para las tropas paraguayas que iban pasando al frente de las operaciones”.
El P. Rafael era el capellán del Stadium; en aquel entonces se encontraba dentro de la jurisdicción de la Parroquia María Auxiliadora a cargo de los sacerdotes salesianos.
El P. Rafael relató que fueron tres imágenes las que presidieron las ceremonias religiosas durante los tres años de guerra: La imagen de María Auxiliadora, el de Cristo crucificado y el de San Miguel Arcángel.
Los soldados, antes de marchar al campo de batalla, participaban de la santa misa, que se celebraba a diario.
Durante los años de guerra, las procesiones de la Virgen María Auxiliadora en el Stadium tuvieron siempre la virtud de volcar a la población asuncena hacia ese lugar.
Fuente: “La devoción a María Auxiliadora”. P. Carlos Heyn. 1997.